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De pronto vi a este tipo, probablemente de unos veinte años, que iba en su bicicleta muy despacio, con unos pantalones cortos marrón con varios agujeros, zapatillas blancas sin calcetines, una camiseta negra de baloncesto de una talla demasiado grande para él, y sosteniendo un pequeño altavoz en la mano derecha. Entonces, en medio de una concurrida intersección de Basilea, justo enfrente de la estación central de trenes de la ciudad, se detiene bruscamente, pero con una expresión relajada en el rostro. Luego mira el altavoz mientras hace con la mano izquierda un movimiento que sugiere que está pulsando un botón. Imaginé que pondría música. Pero entonces, de la nada, empezó a sonar a todo volumen el éxito de Meghan Trainor de hace unos años —because you know I’m all about the bass,Bout that bass, no trebleme eché a reír a carcajadas porque no me lo esperaba, toda la escena me pareció muy cómica. Minutos después, mientras esperaba el tren, pensé: «Espera, lo tengo». Toda esta escena fue como una revelación, inmediatamente supe el nombre de esta entrada de mi blog, y es que aunque estos días no tratan sobre el “bajo”, como dice la canción, sino que ha se tratan esa ciudad … Basilea.

Basilea – La Ciudad

Basilea no tiene el tamaño de Berlín, pero sabe moverse como se supone que debe hacerlo una gran ciudad; con unos 190.000 habitantes, es la tercera ciudad más grande de Suiza y está ampliamente reconocida como el epicentro cultural del país, gracias a sus numerosos museos. Basilea se trata más sobre la vida urbana en comparación a la mayoría de las demás ciudades del país. Por ejemplo, muchas de estas ciudades están rodeadas por los impresionantes Alpes, se suele hacer otro tipo de actividades. Si tienes poco tiempo y solo estarás en Basilea, yo no metería necesariamente en la maleta el equipo de esquí en invierno ni planearía una excursión por las montañas. Pero no te preocupes, que hay mucho que hacer, desde conciertos y festivales callejeros hasta teatros, galerías de arte, todo tipo de fiestas y exposiciones a lo largo del año, y sin duda estupendos lugares para comer, desde lo más sencillo hasta lo más a lujoso, solo ten cuidado, ¡puede ser doloroso para su billetera! En cualquier caso, Basilea siempre es una buena opción.

Estoy pasando una temporada viviendo en la frontera entre Alemania y Suiza, y me encanta. Francia también comparte esta frontera. En un día cualquiera, oirás alemán en todos sus dialectos y acentos posibles, así como italiano, francés, inglés, español, árabe, turco, albanés, ruso y muchos más. Basilea, además es una potencia económica con numerosas empresas de alta tecnología, instituciones de investigación e industrias químicas y farmacéuticas internacionales, atrayendo así a personal altamente calificado de todas partes del mundo, no solo de sus vecinos más próximos.

Las ciudades grandes con muchos habitantes de distintos orígenes suelen estar divididas en muchos distritos, a menudo diferentes entre sí, lo que hace que a veces parezcan un gran rompecabezas de colores, pero Basilea está dividida esencialmente en dos partes principales, KleinbaselKlein significa pequeño en alemán) y Grossbasel Gross significa grande en alemán). El poderoso río Rin separa naturalmente las dos partes. Klein, como su nombre indica, es un pequeño barrio formado principalmente por edificios residenciales y modestas tiendas. La mayor parte de la actividad de la ciudad tiene lugar en Grossbasel, del que se dice que es el lugar “cool” para vivir, y donde también se encuentra el casco antiguo, que es de gran riqueza histórica. Pero los de “Kleinbasel” no se tienen que preocupar, ellos tienen ArtBasel, la mayor feria de arte contemporáneo del mundo, que se celebra todos los años en verano. Pasé dos días explorando la feria. Fue una feria de arte de gran calidad, disfruté viendo no solo las estrafalarias piezas de Jean-Michel Basquiat que tenían, sino también las artes escénicas y las presentaciones musicales. Una auténtica experiencia de aprendizaje. Al final es también como un foro fantástico para conectar mentes y, al final, hace que se convierta en algo más que una feria de arte. No es ningún secreto que el arte inspira la creatividad del ser humano, puede utilizarse como herramienta para unir a la gente y crear un cambio positivo o abordar los problemas de sus ciudades, por ejemplo. El arte ha contribuido inmensamente al desarrollo cultural de Basilea

El Río Rin – La Experiencia

Me encantan las ciudades junto al río, junto al mar, quizá porque crecí en una así. El Rin está íntimamente unido a la sociedad de Basilea a todos los niveles. Darse un chapuzón en el Rin es una especie de acto religioso durante el verano. Miles de personas acuden a las orillas del río en el lado “Klein”, que es por donde la mayoría de la gente entra en el Rin para darse un refrescante baño. Es algo muy local. Incluso tienen su propia bolsa para bañarse en el río. Tilo Ahmels, un alemán que vive en Basilea, creó hace muchos años esta bolsa llamada Wickelfisch. Es una bolsa de natación impermeable que mantiene seca la ropa y los objetos de valor. La costumbre local es ponerse un traje de baño, rellenar la bolsa (Wickelfisch) con tus pertenencias y luego saltar al río con la bolsa en la mano. Puedes usar la bolsa como flotador y flotar río abajo con la corriente (que puede ser bastante fuerte) hasta llegar a la orilla, momento en el que puedes nadar y marcharte o seguir dejándote llevar hasta que termines, y entonces quizás empezar de nuevo. Un lugareño que conocí allí me prestó una bolsa para que probara. Fui a nadar; era un soleado día de verano, pero el agua estaba un poco fría para mi gusto; se me acalambraron las piernas; y más tarde me raspé la rodilla izquierda con una roca, salió un poco de sangre, pero nada grave. Así que me detuve. El lugareño que me prestó la bolsa probablemente pensó que me iba a hundir, pero estaba muy lejos de ello. He leído en Internet que muchos nadadores han muerto nadando en el Rin, en su mayoría nadadores inexpertos.

A pesar de las lluvias que hemos tenido últimamente, el verano aún no ha terminado del todo. Mientras tanto, y siempre que mi trabajo me lo permita, seguiré conociendo más Basilea, pero también empezaré a explorar un poco más el sur de Alemania, sobre todo la selva negra, y la región francesa de Alsacia (una de mis favoritas). Puede que vuelva con otra historia más adelante, en otoño.
Eduardo Ríos Lasso

Eduardo Ríos Lasso, creció como escritor junto con el desarrollo de su profesión de médico. Nacido y criado en la Ciudad de Panamá, Panamá, su travesía en la vida lo ha llevado alrededor del mundo a decenas de países. En el camino, descubrió una pasión por la escritura de viajes, con narraciones diseñadas para explorar y buscar experiencias de vida positivas al mismo tiempo que compartir los intereses y desafíos comunes que unen a diferentes culturas.

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